La Cocina de la Escritura-Resúmenes 1-4
Hablamos todos los días y en ocasiones…sin parar, por el
contrario, el escribir es una acción que poco trabajamos y muchas veces dejamos
relegada a estudiantes, académicos, periodistas y escritores. El escribir, si
bien tiene nomas y reglas no es una actividad vedada para nadie, por lo cual,
en busca de acercar la escritura a todo el mundo pongo a consideración los resúmenes
de los 4 primeros capítulos del Libro “Cocina de Escritura” de Daniel Cassany.
En ellos encontrara, breves y practicas indicaciones para el
buen escribir como: redactar de manera simple y sencilla (capitulo 1), escribir
sobre aquello que nos gusta y nos nace (capitulo 2), determinar el objeto de
nuestra escritura (capitulo 3) y desde este punto, ampliar nuestro tema con
diversas técnicas (capitulo 4).
Espero que sea de su
agrado y sirva de abrebocas para terminar de leer el libro y hacer de la
escritura más que una costumbre…un gusto y un arte.
Los resúmenes fueron elaborados por estudiantes de segundo
semestre de la carrera Ciencias de la Información y la Documentación, Bibliotecología
y Archivística de la Universidad del Quindío, en el marco de una actividad académica
propuesta en la clase de Redacción.
Resumen: Lección magistral,
del libro “la cocina de la escritura”
Capítulo 1 del libro: La Cocina de la Escritura (Daniel
Cassany)
Kelly Johanna Perdomo
Avila
En esta primera parte del libro el autor nos presenta cuatro
puntos principales en la redacción al momento de realizar un escrito. Comienza
diciéndonos; cómo el conocimiento no es algo absoluto, objetivo e independiente
de las personas. Pues el saber no existe al margen de las personas, sino que se
va construyendo a lo largo de la historia gracias a las aportaciones de todos.
Considerando, que en el terreno de la lengua, este punto de vista
epistemológico relativizador debe ser imprescindible. En conjunto, pretende
esbozar los estudios y las investigaciones que fundamentan la preceptiva de la
escritura.
Uno de los primeros ingredientes que nos presenta es la
legibilidad, como grado de facilidad con que se puede leer, comprender y
memorizar un texto escrito. Es importante tratar aspectos estrictamente
verbales, como la selección léxica o la longitud de la frase. Según esto, un
escrito de oraciones breves, palabras corrientes, tema concreto, etc., no
presenta tantas dificultades como otro de frases largas y complicadas, incisos,
poca redundancia, terminología poco frecuente y contenido abstracto. El
análisis de estos textos permitió extraer las pautas verbales asociadas a unos
y a otros. El grado de legibilidad dependía de factores lingüísticos objetivos
y mesurables.
Como segundo ingrediente está el estilo llano, que
consiste en hacer asequible la información de los textos importantes que
afectan a los ciudadanos: leyes, normas, seguros, impresos, contratos,
sentencias, condiciones, garantías, instrucciones, etc. Por un lado, la
comunicación escrita tiene que relacionarse con el ejercicio de los derechos y
deberes de la ciudadanía. Ya en el terreno puramente lingüístico, el
estilo llano nos ofrece varias novedades: una definición de prosa
comprensible, investigación específica sobre las dificultades de comprensión de
los textos técnicos y aplicaciones concretas para mejorar los escritos. La
investigación sobre las dificultades de comprensión demuestra que los dos
escollos más importantes que debemos superar cuando leemos textos difíciles son
la estructura sintáctica de la frase, a menudo excesivamente compleja, y la
ausencia de un contexto compartido autor-lector. En definitiva, lo que nos
propone el lenguaje llano es una nueva cultura comunicativa, una manera más
eficaz y democrática de entender la comunicación escrita entre las personas.
Siguiendo la receta tenemos los procesos de composición del
escrito, que son una línea de investigación psicolingüística y un movimiento de
renovación de la enseñanza de la redacción. Su campo de acción es el proceso de
composición o de escritura, es decir, todo lo que piensa, hace y escribe un
autor desde que se plantea producir un texto hasta que termina la versión
definitiva.
Como último ingrediente de la Lección Magistral nos habla del castellano
escrito, cómo en los últimos años, la lengua y la escritura castellanas han
evolucionado y están evolucionando. Por otra parte, los avances tecnológicos,
la investigación y el creciente contacto de lenguas imprimen un dinamismo
asombroso a los usos lingüísticos. La lengua castellana tiene que generar la
terminología propia necesaria para satisfacer estas necesidades, si pretende
sobrevivir a la todopoderosa colonización verbal del inglés. Periódicos, radios
y televisiones se afanan por elaborar un estilo expresivo propio y adecuado a
los tiempos modernos. La enseñanza no se queda atrás. En pocos años hemos
pasado de la oración al discurso, de la memorización de reglas ortográficas a
la práctica de la expresión. Los talleres de escritura y las técnicas de
redacción ya son una realidad en muchas aulas.
Para finalizar, y sin pretender ser exhaustivo, estas
iniciativas parten del objetivo de conseguir una escritura más eficaz, clara,
correcta, para que los ciudadanos y las ciudadanas lean y escriban mejor todo
tipo de textos. Considerando importante que nuestra tradición de escritura se
nutra de las investigaciones más recientes y se aproveche todo lo bueno que
tengan las prosas extranjeras, pero adaptándolo a las características
específicas de nuestra cultura y, sobre todo, sin renunciar a nuestras raíces.
Resumen: De lo que hay
que saber para escribir bien: de las ganas de hacerlo; de la que se puede escribir;
del equipo imprescindible para la escritura, y de algunas cosas más.
Capítulo 2 del libro: La
Cocina de la Escritura (Daniel Cassany)
Martha Liliana Montes
Sanabria
Hay herramientas para escribir, así como para realizar
cualquier otra actividad; por ejemplo para cocinar se necesita de ollas,
estufas, alimentos etc.; es decir para poder escribir bien hay que tener aptitudes,
habilidades y actitudes. Se debe conocer de gramática y de léxico y utilizarse
este conocimiento oportunamente para hacer borradores, esquemas y demás; y por
último es sumamente importante las actitudes que condicionan el escrito, ya que
ella dará la razón por la que se escribe.
Saber qué se entiende por escritura es un aspecto sustancial
a la hora de escribir, permite encontrar los beneficios personales que puede
ofrecer está tarea, ya que este ejercicio se realiza más comúnmente de lo que
se cree. Esto sucede porque las personas en primera instancia no clasifican
como escritos a lo que se elabora en el trabajo y en la escuela, para uno
mismo, o para amigos y familiares. De mismo modo, es común pensar en la función
de comunicar y no tanto en la de registrar, aprender, o divertir. Con una gama
tan limitada de utilidades, es muy lógico que no se encuentre motivos
importantes para redactar. Pero la escritura tiene muchas utilidades y se
utiliza en contextos muy variados (Cassani, 1993).
A la hora de escribir el equipo técnico se extiende desde el
lápiz y el papel, hasta los completos procesadores de textos, con diccionario y
verificador ortográfico incorporados. Y aunque con la aparición de las nuevas
tecnologías se pensó que no se escribiría igual que antes, se ha demostrado que
al hacerlo con estos medios es mucho más fácil y el texto gana calidad porque
da menos pereza revisar y de este modo se puede elaborar más. Es significativo
aparte de los dispositivos o herramientas con las que se escribe tener en
cuenta el material de consulta (diccionarios, manuales de ortografía y de
redacción, etc.) ya que estos harán que las producciones se enriquezcan
(Cassani, 1993).
Es importante cuando se realiza un escrito el lenguaje
respetuoso que se debe utilizar, debido que la escritura es un producto social
e histórico que influye en la percepción de la realidad, acondicionando el
pensamiento y determinado la visión del mundo; de esta forma la UNESCO en el
año 1991 da recomendaciones para usar un lenguaje respetuoso, sin embargo, pese
a lo importante de pulir el idioma para cumplir con el objetivo, mantener un
sentido radical en ocasiones supera el sentido común.
Por último, trabajar en la imagen que se tenga de uno mismo a
la hora de escribir permite que el mensaje que quiere transmitir sea más claro
para ello se pueden responder las siguientes preguntas:
¿Me gusta escribir? ¿Qué es lo que me gusta más de escribir?
¿Y lo que me gusta menos?
¿Escribo muy a menudo? ¿Me da pereza ponerme a escribir?
¿Por qué escribo? Para pasármelo bien, para comunicarme, para
distraerme, para estudiar, para aprender...
¿Qué escribo? ¿Cómo son los textos que escribo? ¿Qué
adjetivos les pondría?
¿Cuándo escribo? ¿En qué momentos? ¿En qué estado de ánimo?
¿Cómo trabajo? ¿Empiezo enseguida a escribir o antes dedico
tiempo a pensar?
¿Hago muchos borradores?
¿Qué equipo utilizo? ¿Qué utensilio me resulta más útil?
¿Cómo me siento con él?
¿Repaso el texto muy a menudo? ¿Consulto diccionarios,
gramáticas u otros libros?
¿Me siento satisfecho/a de lo que escribo?
¿Cuáles son los puntos fuertes y los débiles?
¿De qué manera creo que podrían mejorar mis escritos?
¿Cómo me gustaría escribir? ¿Cómo me gustaría que fueran mis
escritos?
¿Qué siento cuando escribo? Alegría, tranquilidad, angustia,
nerviosismo, prisa, placidez, cansancio, aburrimiento, pasión...
¿Estas sensaciones afectan de alguna forma al producto final?
¿Qué dicen los lectores de mis textos? ¿Qué comentarios me
hacen más a menudo?
¿Los leen fácilmente? ¿Los entienden? ¿Les gustan?
¿Qué importancia tiene la corrección gramatical del texto?
¿Me preocupa mucho que pueda haber faltas en el texto? ¿Dedico tiempo a
corregirlas?
¿Me gusta leer? ¿Qué leo? ¿Cuándo leo?
¿Cómo leo: rápidamente, con tranquilidad, a menudo, antes de
acostarme...? (Cassani, 1993).
Resumen: Accionar
Máquinas
Capítulo 3 del libro: La
Cocina de la Escritura (Daniel Cassany)
Isabel Avendaño Londoño
Lo primero que debes hacer
como escritor/a es explorar este territorio. Te gustaría tener páginas y
páginas repletas de letra, aunque sólo fueran borradores. Pero la página aun
esta en blanco. Llega la angustia. Te da miedo esta situación. El proceso de la
escritura es difícil de accionar, como todas las máquinas.
Explorar las circunstancias
Es posible que no
encontremos ideas que nos gusten, pero podemos explorar ciertas circunstancias
que nos incitan a escribir de una situación determinada de manera más o menos
consciente.
La circunstancia puede ser
un viaje a Turquía. Sabes por experiencia que poco después de tu regreso no te
acordarás ni del nombre de los monumentos que visitaste, ni del de las personas
que conociste, ni de la mitad de las cosas que te sucedieron. Entonces harás
fotos, comprarás algún recuerdo, grabarás un video, realizarás un cuaderno de
viaje y guardarás todos los documentos (billetes, facturas, programas...) que
te den. Todo esto, actúa sobre la circunstancia planteada para intentar
solucionarlas. Una buena técnica para accionar la máquina de escribir consiste
en explorar las circunstancias que nos mueven a redactar. Del mismo modo, una
situación comunicativa bien entendida permite poner en marcha y dirigir el
proceso de la escritura hacia el objetivo deseado.
También hay una técnica
especial para preguntas escritas y otra para representar el pensamiento de
manera gráfica.
Desarrollar un enunciado
La circunstancia que nos
mueve a escribir puede limitarse a una pregunta escrita, en exámenes,
cuestionarios o pruebas. Primero hay que determinar qué son los libros de
caballería, por un lado, y las novelas de caballería, por otro; hay que buscar
ejemplos de cada grupo y extraer las características generales. Escribe sobre
temas variados: amigos, trabajo, estudios... Hay diarios íntimos sobre la vida
privada, diarios de aprendizaje sobre la escuela, cuadernos de viaje, etc.
La
escritura periódica y personal permite aprender, reflexionar sobre los hechos y
comprenderlos mejor. Además, se convierte en un registro de ideas y palabras
adonde siempre se puede acudir a buscar información para textos urgentes.
Mapas y redes
Los mapas (de ideas,
mentales, o denominados también árboles o ideogramas) son una forma visual de
representar nuestro pensamiento. Escoge una palabra nuclear sobre el tema del
que escribes y apúntala en el centro de la hoja, en un círculo. Para los
citados autores, la espontaneidad y el carácter visual de los mapas permiten
utilizar el potencial escondido del hemisferio derecho para la escritura.
Resumen: El crecimiento de las Ideas
Capítulo 4 del libro: La Cocina de la Escritura (Daniel
Cassany)
Diego Leonardo Prieto Espinosa
Existe una mala interpretación, sobre todo por parte de los
estudiantes, de lo que significa escribir; la escritura se encuentra más allá
de la mención de frases desarticuladas sin un hilo conductor qué les
proporcione alguna coherencia. Escritores con experiencia conciben el acto de
escribir como el desarrollo de ideas que permiten aclarar y ordenar la
información para hacer una lectura comprensible y enriquecedora. Para lograr
este objetivo, nos podemos valer de varias técnicas entre las cuales Daniel
Cassany destaca:
Torbellino de ideas
Consiste en lazar ideas sueltas sin valerse de otro recurso
más que la memoria, estas ideas carecen de orden, caligrafía, gramática o
presentación, el objetivo es dejar fluir ideas sin ataduras y de manera rápida,
para que en el futuro puedan ser complementadas, dibujadas y asociadas.
Explorar el tema
Consiste en reunir mayor información, mediante el estudio de
la temática a partir de distintas técnicas como:
Lista teórica: Atendiendo la retórica de Aristóteles,
consiste en: definir, comparar, ubicar causas, establecer consecuencias y
argumentar sobre el tema a escribir.
Estrella noticia: Es contestar preguntas naturales acerca del
tema, por ejemplo: que, quien, donde, cuando, como y porque.
Cubo: Es abordar el tema desde 6 posibles caras o aspectos:
describir, comparar, relacionar, analizar, argumentar y establecer usos.
Desenmascarar palabras clave
Es la determinación de aquellos términos que le dan
relevancia al escrito, por medio de los cuales se desarrolla (sinónimos,
relación con otros términos y explicación) y pueden enriquecer aún más nuestra
escritura. En este sentido tiene una profunda utilidad el uso de mapas
mentales.
Escritura libre
También denominada automática, se enmarca en el hecho de
escribir sin ninguna atadura, enfocándose en el contenido y dejando de lado la
forma, el resultado se convierte en materia prima de una versión más
evolucionada del mismo escrito. Es útil para superar bloqueos y generar ideas.
Frases empezadas
Otra técnica para recoger información es LMIE en ingles
WIRMY, se trata de determinar 5 ideas que comiencen por “lo más importante es”
(What I really mind is…). Este método tiene mayor concreción que el torbellino
de ideas o la escritura automática.
Tomar notas
Se trata de anotar todo lo que nos ocurre para aprovecharlo
después, la inspiración no tiene horario por eso es conveniente tener a mano
una libreta de apuntes o en su defecto utilizar cualquier cosa para referenciar
nuestro pensamiento y utilizarlo después.
Muy bien Diego. Bien por la introducción. Ahora el blog ofrece una nueva información para sus posibles lectores. Un saludo.
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